Quién puede decir cuando un hombre está maduro o cuando una mujer está lista para cambiar de estado? En realidad, nadie puede estar listo para casarse porque no se le ha preparado ni ha estudiado cómo ser un buen esposo o un buen padre. Lo más que se les exige a las parejas antes de casarse es tomar un cursillo pre-matrimonial de cinco días, un corto retiro y eso es todo. Una vez dentro del matrimonio, los cónyuges experimentan y tratan de hacer un buen papel, a veces con éxito y la mayoría de los casos con grandes deficiencias. Sin embargo, el joven que ya está pensando en tener una relación seria con fines matrimoniales debe reflexionar sobre la clase de persona que desea como compañera y también qué clase de individuo quiere ser él mismo. ¿Qué cualidades le gustaría que tuviera ella y qué cualidades tiene usted que podría cultivar y ofrecerle para dar una imagen real de su personalidad? Para encontrar esa persona ideal que usted anhela como compañera para toda la vida se necesita tiempo, esfuerzo, oración, buen humor, dedicación y buena orientación. Conviene que los novios se conozcan, que analicen y profundicen sus cualidades y que se amen desinteresadamente, antes de dar ese paso tan importante en la vida de los humanos. Por ejemplo: l) En el tema de la religión: ¿qué importancia tienen para ambos las creencias religiosas, la oración y el estudio de la Biblia?, ¿es Dios realmente lo principal en sus vidas?, ¿comparten las mismas convicciones?, ¿qué educación e ideas religiosas van a enseñarle a sus hijos, en caso que no fueran ustedes de la misma religión?... Se necesitan tres para casarse, el novio, la novia y Dios como eje y dador de la gracia divina necesaria en el matrimonio.
2) Valores morales: ¿serán fieles durante el matrimonio?, ¿qué piensan del alcohol, de las drogas y de las relaciones sexuales antes o fuera del lazo conyugal?, ¿son ambos personas de confiar, honestas y responsables?, ¿cultivan amistad sincera con otras personas?, ¿dicen siempre la verdad?, ¿tienen relaciones amables y respetuosas con sus padres, hermanos y parientes cercanos?, ¿son ustedes compasivos con los necesitados?, ¿saben dominar sus temperamentos, son pacientes y pueden controlar sus emociones en situaciones adversas?, ¿cómo manejan su dinero, pagan sus deudas, no emiten cheques sin fondos? No se puede cambiar a la persona después del matrimonio, por eso hay que buscarla con altura moral y disciplina cívica. 3) Humildad: hay personas que no admiten equivocarse ni cometer errores, que se consideran que lo saben todo y que son expertas en manipulación haciendo sentirse a los demás culpables de sus propios errores. Además quieren ser el centro de toda reunión y sobresalir en todos los aspectos de su vida; toman todas las decisiones por su propia cuenta, miran a los demás como inferiores; están llenos de orgullo y de egoísmo. No busque a tales individuos. 4) Aspiraciones: ¿cuáles son sus planes para el futuro próximo y a largo plazo?, ¿desean superarse, seguir estudiando, aprender otro idioma, comprar una casa, viajar, cuántos hijos van a tener?, ¿creen poder esforzarse en conseguir la felicidad del cónyuge aun a costa de su propia felicidad? Finalmente, recuerden que nadie es perfecto. Todos tenemos defectos. El matrimonio necesita del buen humor, de sentirse satisfecho con la vida, de la alegría, hay que reírse con frecuencia de sus propios errores y aceptar las peculiaridades del otro. La atracción física es importante porque para ver una cara todos los días de la vida se requiere que la encuentre atractiva. El matrimonio es para toda la vida; debe efectuarse con la persona adecuada en el momento conveniente. Dios les puede ayudar y sus padres y amigos para la sabia decisión... Junio 1999.
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