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¿DÓNDE ESTÁN LAS MARIPOSAS?

El año pasado fuimos a conocer el parque ecológico Panacam

(Parque Nacional Cerro Azul Meámbar), cerca del lago de Yojoa,

en donde hay unas caídas de agua fantásticas. Me sentí impresionada

por la belleza del lugar; las vistas son espectaculares, los torrentes de

agua, los miradores, la vegetación, todo parece hablar de la grandeza

de nuestro Creador. Pero lo que más me impactó fue contemplar la

existencia de unas mariposas color azul royal, en gran cantidad y sólo

de una clase, cerca de la catarata principal.

Recordé entonces que ya no vemos tantas mariposas como solíamos

encontrarlas hace algunos años. Están escaseando. En mi niñez me

deleitaba contemplando muchas mariposas y variadas a mi alrededor,

en el campo y en la ciudad. Con los amigos de la infancia corríamos

detrás de ellas y las cazábamos con una red casera. Lográbamos hacer

colecciones muy variadas y bellas.

La vida de las mariposas es muy interesante. Por ejemplo, las ma-

riposas monarca, de colores naranja, blanco y negro, que viven en

Canadá y Estados Unidos, al no soportar el frío, al final del verano,

emigran a lugares especiales o santuarios en México. Recorren más

de 5000 kilómetros. Lo curioso del caso es que este viaje tan largo

que emprende la mariposa monarca ninguna lo completa de ida y re-

greso. El recorrido lo realizan a una velocidad media de 20 kilómetros

por hora sólo durante el día. La noche la ocupan para alimentarse.

Pero el viaje es mucho más largo que su período de vida. Las mari-

posas mueren durante el trayecto y al mismo tiempo se reproducen.

En otras palabras, las mariposas que llegan al final de la jornada, a los

santuarios, son las hijas o descendientes de las que comenzaron el

descenso desde Canadá y Estados Unidos.

¿Por qué debemos ocuparnos de las mariposas? Supongo que un

buen grado de salud ecológica lo determina el número de mariposas

en la región.

Ellas buscan aire limpio, vegetación sana, flores robustas, y allí donde

se reúnen estas condiciones se instalan. De lo contrario se marchan a

buscar un lugar adecuado para vivir sanamente. Así que la ausencia de

mariposas nos indica que hemos perdido el equilibrio de buena salud.

El aire que respiramos está contaminado, las tierras están llenas de

insecticidas, las aguas reciben toda clase de desechos. Hemos es-

tropeado parte de la naturaleza, de la creación y de nuestro patrimonio.

El nuevo Presidente Manuel Zelaya ha asignado fondos para la re-

forestación. Confiamos en que lleve a cabo su propósito para bienestar

de todos los hondureños.

Oigamos el aviso de las mariposas antes de que desaparezcan...

Febrero 2006.

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