Cuando se habla de héroes pensamos en Francisco Morazán, en
Simón Bolívar, en Abraham Lincoln, en Winston Churchill y en
otros hombres famosos por haber realizado grandes proezas o haber
obtenido metas difíciles de alcanzar.
Lastimosamente, en estos tiempos ya no hay héroes o si los hay son
muy pocos o no se les conoce. A todos encanta el heroísmo de las
voluntades y de los caracteres grandes, pero nadie se esfuerza por
templar el suyo para el combate. Nadie se atreve, nadie se arroja,
decididamente, a trabajar.
Para ser héroe en la actualidad debemos ser diferentes y hacer cual-
quier esfuerzo necesario para sobresalir en una profesión, oficio, de-
porte, grupo social o religioso, estudios, inventos, etc. La definición
de héroe es aquella persona que ha realizado una acción valerosa o
extraordinaria digna de admiración.
Ser héroe es tener aspiraciones para llenar su vida y dejar rastro de
sus pasos en el caminar por el mundo. Ser héroe es luchar con perse-
verancia y entusiasmo, con tenacidad y rebeldía, sin importar los pro-
blemas, escollos o contrariedades hasta lograr el objetivo.
Si queremos ser héroes, todo depende de nuestra voluntad. Somos
en cierta manera omnipotentes cuando la voluntad se impone en noso-
tros. ¡Nada es imposible!
Si queremos ser héroes, debemos pasar por encima de las carcajadas
e ironías de los que nos rodean. Pueden llamarnos hipócritas, santu-
rrones, tontos y hasta estúpidos. No importa. Nuestro objetivo será la
mejor prueba de nuestro heroísmo.
¡Pero cuántas vidas inútiles pasan por el camino...! No comprenden
el sentido de la vida y la derrochan sin saber a donde van, o se dejan
arrastrar por la corriente de los irresponsables. No sienten el impulso
de un ideal, de un amor grande, de ser diferentes, de lograr algo difícil...
Se conforman con ser del montón...
Todos debemos ser héroes. Todos debemos luchar duramente para
mejorar nuestra tierra y dejarla en óptima situación cuando nos
vayamos. Todos debemos ofrecernos en un sublime apostolado. Todos
debemos sacrificarnos completamente en beneficio de la humanidad.
Todos debemos entregar nuestro amor, energías y hasta sonrisas para
regenerar a la sociedad moderna. Todos debemos ambicionar alcanzar
lo imposible...
No hay que conformarse con hacer sólo lo necesario para salir del
paso. No debemos trabajar únicamente para obtener recompensa o
reconocimiento. Hay que aprovechar el tiempo en forjar nuestra
voluntad y ser almas heroicas.
Personas heroicas son las que necesita el mundo de hoy... Y aunque
cueste hemos de sacrificarnos. Nadie dijo que la vida era fácil y además
lo difícil vale la pena conseguirlo... Si no costase no tendría mérito, no
habría virtud. Virtud es lo mismo que sacrificio. Es necesario martirizar,
inmolar los propios sentimientos, las propias pasiones, en aras del
heroísmo
Todo lo que vale cuesta... y todo lo que cuesta, vale... Seamos héroes...
Febrero 2003.
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