¿QUÉ HACE BELLAS A LAS MUJERES?
Cualquier mujer puede ser bella. Todos conocemos a mujeres que han sido favorecidas con una cara bonita, con piel sedosa, con ojos relucientes y con cuerpos bien proporcionados. También conocemos mujeres que van bien vestidas, con adornos externos atractivos y peinados impecables. Y todas esas cosas contribuyen a su buena presencia, a una admiración y aceptación de la gente que las rodea. Pero ¿es eso suficiente para considerarlas bellas? ¿Qué es lo que hace atractiva a una mujer realmente? Ya sea natural o superficial, la belleza es una fuerza poderosa. La cultura en que vivimos se ocupa más del concepto que tenemos de la belleza que lo que estamos dispuestos a admitir. Aunque la mayoría de nosotras insista en que la belleza viene de adentro, compramos fácilmente remedios contra la vejez, cosméticos para la cara, o vitaminas que nos garanticen una figura estilizada. La presión social para que nos conformemos a un patrón universal de belleza es tan poderosa que puede parecer imposible resistirla. Vivimos en un mundo que cada vez más juzga a las personas únicamente por su apariencia exterior Cuando las mujeres y también los hombres se dejan cautivar por la búsqueda de la belleza, se vuelven unos prisioneros. El deseo por la aceptación humana imita tanto a nuestro anhelo por Dios, que difícilmente podemos ver la diferencia. Cuando le permitimos al Señor que arranque de una buena vez nuestra carnalidad para que podamos ver las cosas con sus ojos, el mundo se ve totalmente diferente. El ver la belleza como Dios la ve, nos libera de las expectativas fantasiosas y de la insatisfacción que hemos heredado de nuestra cultura.
Para que una mujer físicamente atractiva sea bella su interior debe armonizar con su exterior, dice el doctor Elliot Feit. El ingrediente fundamental es la piedad, que se expresa siendo generosa, buena oyente, bondadosa y solícita. Él tiene razón. Cualquier mujer puede ser bella. Cuando le pidieron su comentario a la actriz Audrey Hepburn, dijo: Para tener labios atractivos, que diga palabras generosas. Para tener ojos hermosos, que trate de ver el bien en las personas. Para tener una figura delgada, comparta su comida con el hambriento. Para tener un porte sereno, camine con el conocimiento de que nunca caminará sola. El amor puede hacernos bellas en nuestra vida. El amor que recibimos de nuestro esposo, de amigos y de hijos, besos de nietos, llamadas amistosas, abrazos inesperados, todas estas son cosas que embellecen nuestro semblante y que nos hacen volver nuestro rostro al cielo para recibir la inagotable bendición de Su amor. Felicidades, mujeres hondureñas, todas podemos ser bellas. Enero, 2009.