Es justo y necesario que se alabe la obra de los hombres que
hacen posible el desarrollo y adelanto de las naciones. En el
Día del Trabajador, que se celebra hoy, uno de Mayo, debemos
reconocer que el trabajo es parte fundamental y vital en la vida de
toda sociedad.
Cada empresa, industria, negocio, oficina e individuos deberían apro-
vechar esta ocasión especialísima para agradecer a todos sus empleados
su colaboración, fidelidad y dedicación, pues sabemos que el capital
no puede trabajar sin el hombre ni el hombre puede desenvolverse sin
el capital.
Sin la ayuda de cada persona en los diferentes departamentos o
dependencias es imposible crecer en las organizaciones y menos crecer
con cierta rapidez. Cada uno es como un pedazo del rompecabezas,
esencial y único para lograr la armazón completa, para realizar las
metas fijadas y para proyectar una imagen positiva delante de los demás.
Al trabajador hay que reconocerle sus méritos; hay que alabar su
iniciativa y creatividad, su lealtad y aprovechamiento del tiempo; hay
que corregirlo cuando su comportamiento no sea el correcto, pero a
solas; hay que interesarse por su vida familiar: compañera, hijos, pa-
dres, hermanos y otros parientes; hay que animarlo a superarse to-
mando cursos especializados, estudiando o practicando más allá de
su práctica o conocimientos; hay que enseñarle el hábito del ahorro, la
honradez y la verdad; hay que mirarlo como persona humana, igual a
todos y como hijo de Dios reconocer su dignidad y la salvación de su
alma.
Cuando un obrero se haya distinguido en alguno de los campos en
que se desenvuelve, tales como puntualidad, asistencia, aprove-
chamiento del tiempo, sugerencia de mejoras, relación amable con los
demás, cooperación, disponibilidad de trabajar horas extras, interés
verdadero y deseo de crecer, el jefe o dueño debe reconocer sus
méritos y premiarlo delante de los demás empleados para que sirva de
ejemplo y de estimulo. En muchas empresas nombran al trabajador
del mes y al mejor empleado del año.
Para los que no aman el trabajo y se quejan del quehacer diario,
debe recordárseles que el trabajo es una de las características que
distingue al hombre del resto de las criaturas. Solamente el hombre es
capaz de trabajar, solamente él puede llevarlo a cabo, llenando a la
vez, con el trabajo, su existencia sobre la tierra.
El trabajo es un bien del hombre, es un bien de su humanidad, porque
mediante el trabajo el individuo no sólo transforma a la naturaleza adap-
tándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como
hombre, es más, en un cierto sentido, se hace más hombre.
No se puede vivir sin trabajar, sólo los enfermos y los muy viejos no
pueden trabajar. ¡Qué haríamos si no pudiéramos trabajar! La vida
sería vacía, aburrida e inútil
El trabajo es noble. No digas nunca de un obrero que sale de su
trabajo, va sucio. Debes decir: tiene en su ropa las señales, las huellas
del trabajo. Recuérdalo. (Edmundo de Amicis). El trabajador salva a
la sociedad, redime la raza, hace patria...
El hombre, creado a imagen de Dios, mediante su trabajo participa
en la obra del Creador. En el trabajo humano el cristiano descubre una
pequeña parte de la cruz de Cristo y la acepta con el mismo espíritu de
redención con el cual Cristo ha aceptado su cruz por nosotros.
Animemos a los trabajadores a seguir adelante, a perfeccionarse en
su labor, a superarse, a cambiar de actitud de vida. Y si podemos,
ayudemos año a año a incrementar sus salarios y bonificaciones, a
mejorar las instalaciones físicas, los servicios y las capacitaciones de
oficio o profesión.
Salud, bienestar y felicidad a todos los trabajadores de Honduras.
Que el Señor los bendiga y los llene siempre de su cariño infinito para
que amen más a su patria y la hagan grande y próspera...
Mayo, l999.
コメント