A nadie le gusta estar en el pozo de la depresión. Es un lugar horrible como lo sabemos todos los que hemos pasado por esa etapa. Según el diccionario, depresión es un estado psíquico más o menos pasajero, caracterizado por tristeza, desaliento, enojo y fatiga, generalmente inmotivado; a veces se presenta con ansiedad. Puede significar también pérdida total de la esperanza. Podría definirse como no saber qué hacer en determinada circunstancia o no verle salida alguna a un asunto. Todos hemos experimentado la impotencia que se siente cuando debemos hacer algo en alguna situación pero no sabemos cómo ni qué. Cuando las cosas no salen como las teníamos planeadas nos desilusionamos fácilmente y si eso se repite con cierta frecuencia o con mayor intensidad, nos sentimos defraudados, y de allí podemos llegar a una depresión si no encaramos bien el incidente. A veces intentamos vivir más allá de lo que permiten nuestras posibilidades porque queremos obtener cosas que nos complacen o nos dan prestigio o para impresionar a los demás. y lo que logramos es endeudarnos. Esto es falta de sabiduría. ¿Qué causa la depresión? Según Joyce Meyer existen muchas causas, una de ellas es el sentimiento de culpa. Nos culpamos de algo o de todo lo que nos ha ocurrido en la vida. Otra causa es el complejo de inferioridad. Cada uno de nosotros tiene puntos fuertes y puntos débiles. Tenemos que aprender a no enfocar la atención todo el tiempo sobre nosotros mismos. La tercera causa de la depresión es el cambio. Los cambios, tales como un nuevo empleo, mudarse, cambiar de carrera o incluso casarse y comenzar a tener familia pueden traer consigo tensiones emocionales con las cuales hay que lidiar. La menopausia, jubilarse del trabajo, muerte de un ser querido, una enfermedad sería, inmadurez espiritual pueden afectar profundamente la mente y las emociones. Otra causa de la depresión es el miedo o temor. El miedo es una reacción normal al cambio, a lo desconocido, es respuesta a los cambios de vida por los cuales pasamos todos pero no tenemos por qué permitir que nos destruyan. Cualquiera que sea la causa de la depresión, ya sea física, mental, emocional, espiritual o alguna combinación de esos factores, existe una solución. La hallamos en la Palabra de Dios. Con la ayuda del Espíritu Santo y con nuestra voluntad podemos aprender a hacer frente a nuestros miedos y a dominarlos, igual que con las demás emociones. Eleve su mente, cante, ore, aliéntese, agradezca, espere y alabe al Señor. Pase tiempo con Dios y permita que sea Él quien se mueva a favor nuestro y nos dé la victoria sobre la depresión. Agosto, 2004.
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MIMI PANAYOTTI BIENVENIDO
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