Después de tres operaciones (una de ellas en la columna) y Ddespués de una fractura de muñeca en los últimos tres años, me siento cansada, mi buena salud se ha sentido muy afectada y por consiguiente tengo ganas de descansar... Mi gran energía y entusiasmo han bajado de nivel y pareciera como que estoy en el anochecer de mi vida. Pero, ¿es esto posible?... Pues todavía percibo la fuerza de mi alma y siento ilusión por muchas cosas, como que no he terminado mi jornada todavía. Cierto que mi última hora no podré escogerla yo personalmente y aunque eso me preocupa de alguna manera, encuentro, en cambio, en este meditar, en esta etapa de mi vida, en este como examen de con- ciencia, contestaciones a muchas preguntas, recuerdo personas que me hicieron mucho bien, experiencias negativas y dolorosas, sucesos trágicos, desilusiones, estados tristes y de impotencia, anécdotas alegres, satisfacciones realizadas... ¿Qué he logrado hasta ahora? ¿Qué hago en estos momentos? ¿Qué tengo en mis manos? ¿Qué más podría realizar desde mi situación actual? ¿Con quién estoy? ¿Quiénes me rodean? ¿Me siento feliz? ¿Puedo caminar de nuevo? ¿Está mi alma gozosa con mi interioridad? ¿Deseo algo muy vehemente que no he podido obtener? Tengo que hablar de mi actuación, de mi experiencia, de mi vivir tal como sucedió, sin ocultar puntos no virtuosos y sin esperar consolación de ninguna persona. Fui vanidosa, manipuladora, mentirosa, frágil, cobarde, seductora, y también fui alegre, inocente, confiada, feliz y disfruté y todavía disfruto la vida al máximo. Con los años aprendí lecciones duras que me marcaron. Todo lo aprende uno despacio, mientras camina, paso a paso...
Sobre todo fue difícil para mí aceptar que no puedo descansar en una confianza ciega, absoluta. Y mucho más difícil fue entender que si uno no cuida de lo que es suyo, si no ordena su propia vida, si no entrega todo su poder a otros (quedándose vacía) no puede realmente alimentar su alma, su propia esencia y su actuar correcto. Debo enfatizar que me siento rodeada y he estado rodeada de per- sonas bellas, de mi familia, de mi esposo, hijos, nietos, amigos y amigas entrañables que me hicieron mucho bien y que con su cariño me hicieron sentir valedora del amor de otros y compensada talvez del amor que yo creí haber dado. Mi alma creció en medio de mucha ternura de- mostrada hasta estos momentos y que me hacen sentir una mujer pri- vilegiada, consentida y apoyada. Me siento liberada, contenta y realizada cuando me miro en el mo- mento actual, con mi vida transcurrida, los lindos hijos que tengo (para las madres todos los hijos son lindos), mis nietos, el resto de la familia y mis amigos queridos. Gracias a Dios por tantas bendiciones. Pero no todo es positivo, me evalúo y me siento fuerte en unos aspectos como en valorar mis ideales, que no los cambiaría por nada del mundo, como el concepto de servicio que ha alumbrado mi caminar, como el amor al trabajo, pero tengo dudas si he hecho lo mejor que he podido como mujer, como esposa y como madre, como profesional y como empresaria, si ha sido el camino correcto para llegar a mi meta, si he respetado mi individualidad, si realicé mis sueños, si no he devuelto todo el cariño que recibí, si tengo paz interior... Pido perdón por lo que no hice bien... En estos momentos me siento mujer llena, con un futuro todavía lleno de estrellas, con la intención de aprovechar cada momento que me queda en darle color al mundo... Ya no necesito descansar... Septiembre, 2011.
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