Dos amigas nuestras muy queridas, Florencia y Alina Moncada
(Alina es ahora Díaz-Balart) nos escribieron desde New York
para informarnos del Concierto que celebraron en el mes de
Marzo, en Manhattan, a beneficio de las víctimas en Honduras por el
huracán Mitch.
Este fue el anuncio que salió en la prensa de allá: “Un concierto en
beneficio de las victimas del Huracán Mitch en Honduras, tendrá lugar
el sábado 27 de Marzo a las 7:30 p. m., en Washington Irving High
School, 40 Irving Place en Manhattan. Figols Performing Family
interpretará música hispana y latinoamericana, Los Pampas interpre-
tarán tangos argentinos y danzas folklóricas y Americas Vocal En-
semble presentará sonidos de Centro y Suramérica. Boleto: $. 20.oo.
Información: Florencia Alina (212) 758-0909”.
Estas dos mujeres valientes y con gran sensibilidad social son origi-
narias de La Ceiba y actualmente viven cerca de New York. Florencia
envió la siguiente nota con ocasión del concierto:
“La noche en que me di cuenta que un huracán había devastado mi
país, fue para mí una noche larga y oscura, con pensamientos angus-
tiosos y preguntas que invadían mi mente. ¿Por qué una tragedia apo-
calíptica había visitado mi querida gente y mi amado país? ¿Qué ha-
bíamos hecho nosotros para merecer la fuerza de la naturaleza o más
bien del cielo? Y ¿por qué, según veía yo las trágicas vistas en la tele-
visión, la gente pobre tenía que perder no sólo sus familias sino que
también sus pocas posesiones. Los mismos pensamientos que la gente,
sorprendida por catástrofes debe haber sentido desde los comienzos
del tiempo.
Impresionada por las noticias decidí que yo tenía que hacer algo y
es por eso que ha surgido este evento.
Yo no tenía ninguna experiencia, pero comencé con fe de que en-
contraría ayuda (y me ayudaron miles), y con pasión para aliviar el
sufrimiento de esa gente que había soportado una de las peores tragedias
en la historia.
El Arzobispo de Tegucigalpa, Monseñor Óscar Andrés Rodríguez,
a quien se le enviarán directamente las ganancias de este concierto,
nos ha escrito diciéndonos lo agradecido que está con todos los actores,
con las personas que han trabajado entre bambalinas, con aquellos
que asistieron al concierto y con los que no asistieron pero dieron
contribución.
Él ha declarado que personalmente se cerciorará de que este dinero
sea usado donde más se necesita, y yo estoy segura que traerá no sólo
ayuda económica sino también una nueva esperanza.
Les agradezco infinitamente a todos ustedes desde lo profundo de
mi corazón. He conocido personas maravillosas haciendo este trabajo
y ellas me han inspirado a tal grado, por su confianza y generosidad,
que yo siento que mi vida ha sido cambiada”.
Alina también escribió lo siguiente: “Aquí te mando un programa de
un concierto que Florencia organizó para los damnificados del huracán
y que fue un completo éxito. Una obra titánica pero hecha con mucha
fe en Dios y en todas las personas que contribuyeron. Resultó un
completo éxito.
El Arzobispo de Tegucigalpa le dio la autorización y ya con esta en
mano se preparó todo. Yo la ayudé en lo que pude, trabajando y en
New York todo es más difícil, es por eso que tiene un mérito extraor-
dinario... no tienes idea lo lindo que quedó.
Juan Carlos, uno de mis hijos, fue el maestro de ceremonias y lo
hizo estupendamente bien; la gente le preguntaba a Florencia dónde lo
había conseguido... es poco lo que te diga. Pensé que te gustaría tener
estos datos.
El colegio donde se llevó a cabo es uno antiguo y, por consiguiente,
impresionante; queda cerca de donde vive Florencia. El auditorio aloja
1400 personas (no llegaron tantas pero fácil unas 800, que es número
importante) y posee además una acústica bien conocida pues allí dan
recitales. Ya se mandó una suma muy importante en dólares, después
de gastos”.
Muchísimas gracias, Florencia, Alina, Juan Carlos y todos los que
ayudaron... Infinitas gracias en nombre del pueblo de Honduras...
Dios los bendiga...
Mayo, 1999.
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